¿Sabes que recordamos un 35% de todo lo que olemos? ¿Y que el sabor es la suma de
gusto y olfato?
Es por esta razón que tenemos tan arraigados los sabores de nuestra infancia.
Nos despiertan la imagen completa que acompañaban esos aromas, o ese sabor.
Vuelven las sensaciones de ese momento, la calidez de las personas que nos
acompañaban... podemos recordar detalles que otra forma serían imposibles de
revivir.
Mi recuerdo de infancia por excelencia es la conjunción de la canela y el limón con la
humedad y las notas dulces del olor de la horchata.
Siendo niña entraba a diario a saludar a mi padre que estaba en el obrador haciendo
helado... recuerdo la luz del obrador de las mañanas de verano cuando entraba luz de
la calle y con la neblina de la horchata creaba ese ambiente mágico.
Mientras la hacían, se infusionaba una olla enorme de agua con canela y limón para
hacer la leche merengada.
Aún me emociona este aroma, ese momento.
Cada uno de nosotros tenemos grabado uno, o más momentos como este.
El aroma de un paisaje, el aroma de una preparación o el sabor de una comida hecha
con mucho amor.
Perdidos en la rapidez del mundo en el que vivimos, a veces es difícil parar para volver
a este lugar, el recuerdo, la emoción... que son los pilares de lo que somos en la
actualidad.
Traer al presente nuestro pasado nos recuerda lo felices que podemos ser en un
momento en el que alguien nos ha regalado un pedacito de su vida para hacernos esa
preparación, llevarnos a ese lugar, darnos ese abrazo que huele a flores...
Aunque los recuerdos dolorosos suelen quedarse en la sombra como herramienta de
protección natural de la mente también puede volverse visibles con esta herramienta.
Lo que a alguien le puede emocionar y devolver un momento maravilloso para otro
puede ser desagradable.
Utiliza sabiamente este poder de emocionar para hacer felices a los que te rodean.
Te comparto la receta de leche merengada y con ella un pedacito de mi infancia,
espero que te guste:
LECHE MERENGADA
Ingredientes
1 canela
1 piel de limón
1 puntita de cucharita de vainilla.
1’5 litros de leche entera
240 gramos de azúcar
Cuando hacemos poca cantidad el proceso es diferente al del obrador pero el
resultado es el mismo.
PASO 1: Infusionar al baño María con una olla de agua a hervir y dentro un bol o olla de metal
con la leche, la canela y la piel de limón.
PASO 2: Remover durante 5 minutos, colar y añadir la vainilla y el azúcar.
PASO 3: Preparar un baño María de salmuera (1 proporción de sal por cada 3 de hielo) y poner
la olla/bol de metal con la mezcla y enfriar y remover hasta que se granice.
PASO 4: Servir con canela en polvo por encima.
¡Y a disfrutar!
¡Espero que os guste esta receta, nos vemos por Poblenou!
* Irene Iborra (Barcelona)